Pasar al contenido principal
2

Los beneficios de la musicoterapia en la salud mental

Compartir     
personas disfrutando la musicoterapia

Tiempo de lectura: 9 minutos

La musicoterapia puede convertirse en un apoyo clave para mejorar el bienestar emocional y mental de muchas personas. Escuchar o crear música guiada por profesionales permite canalizar emociones, reducir el estrés y sentirse más en equilibrio. En Ecuador, esta terapia ha ganado reconocimiento en contextos educativos, clínicos y comunitarios por su capacidad de conectar a las personas con sus propias emociones de forma amable y no invasiva. Así, puede convertirse en una aliada poderosa, tanto para quienes enfrentan trastornos emocionales como para quienes simplemente buscan fortalecer su salud mental. Además, para quienes desean explorar más sobre salud mental en el trabajo, este recurso complementario puede ser muy útil.

La musicoterapia combina técnicas científicas con la sensibilidad musical para generar cambios positivos en la salud. Algunas de las herramientas utilizadas incluyen la improvisación instrumental, el canto, la escucha activa y la composición musical. Cada técnica se adapta a las necesidades de la persona, promoviendo un espacio de expresión segura. En Ecuador, donde la música forma parte del día a día —desde las fiestas populares hasta la vida familiar— esta terapia se siente especialmente cercana, conectando con nuestras raíces culturales mientras fortalece el equilibrio interior

Cómo influye la música en nuestro estado emocional

La música tiene un efecto directo sobre nuestras emociones y puede influir en cómo actuamos o nos sentimos durante el día. Estudios demuestran que ciertos ritmos o melodías activan áreas del cerebro relacionadas con el placer, la memoria y la empatía. En contextos como una caminata por el parque o incluso al cocinar, un fondo musical adecuado puede transformar el ambiente. Esta conexión profunda entre la música y la mente ha sido utilizada por terapeutas para promover estados de ánimo más positivos.

El trabajo de los musicoterapeutas consiste en adaptar la música a las necesidades específicas de cada persona. No es lo mismo acompañar a alguien en duelo que a una persona con depresión leve o a un niño con dificultades de comunicación. Por eso, el musicoterapeuta utiliza su conocimiento técnico y sensibilidad artística para elegir los instrumentos, ritmos y actividades más apropiadas. En algunos casos, se cantan canciones conocidas; en otros, se toca percusión o se crea música desde cero, según el momento terapéutico. Si le interesa conocer más sobre ejercicios de relajación como complemento, ese recurso puede ser un buen punto de partida.

Durante una sesión de musicoterapia, se puede cantar, improvisar o tocar instrumentos bajo la guía de un profesional especializado. No se necesita saber de música, ya que lo importante es la expresión emocional. Esta práctica puede realizarse de manera individual o en grupo, y muchas veces se convierte en un espacio para liberar tensiones y reconectarse consigo mismo. Según Mayo Clinic, estas sesiones ayudan a procesar emociones profundas y fortalecer habilidades sociales y cognitivas. 

Cómo actúa la música en el cerebro

La música estimula varias zonas del cerebro al mismo tiempo, liberando dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer. Esta reacción química es la misma que ocurre cuando comemos algo delicioso o recibimos una buena noticia. Al escuchar canciones que nos gustan, el cerebro se activa y mejora nuestro estado de ánimo de forma natural. Por eso, la música ha sido estudiada como herramienta complementaria en terapias para personas con enfermedades neurodegenerativas o trastornos emocionales.

La música suave o instrumental puede tener un efecto relajante que ayuda a disminuir la ansiedad y el estrés cotidiano. En momentos de tensión, como antes de una prueba médica o tras una jornada agotadora, poner melodías tranquilas puede generar un alivio inmediato. En Ecuador, donde muchas personas usan la música para acompañar su día a día, este recurso resulta especialmente accesible y efectivo. Incorporar este tipo de música en la rutina puede convertirse en una estrategia de autocuidado muy útil. 

Cómo mejora la salud mental gracias a la musicoterapia

La musicoterapia ayuda a aliviar emociones intensas como el estrés, la angustia y la tristeza, favoreciendo un estado de ánimo más equilibrado. Incluso en personas que no pueden comunicarse fácilmente con palabras —como niños pequeños o adultos mayores con demencia— esta terapia les permite expresarse y sentirse comprendidos. Por ello, en centros de salud mental, hogares de cuidado y escuelas inclusivas del Ecuador, la musicoterapia se ha convertido en una herramienta valiosa y cada vez más común.

Estudios recientes han confirmado que la musicoterapia mejora no solo el estado emocional, sino también habilidades cognitivas y sociales. Ayuda a reforzar la memoria, la atención y la comunicación, lo que la hace ideal para personas con trastornos del desarrollo o adultos mayores. Además, puede fortalecer la autoestima y la motivación en momentos difíciles. Gracias a su enfoque flexible y humanizado, la musicoterapia no solo alivia síntomas, sino que también enriquece la calidad de vida de quien la recibe. En ese sentido, quienes buscan ampliar sus estrategias pueden revisar recursos relacionados con ejercicios mentales que refuerzan el entrenamiento emocional. 

personas disfrutando los beneficios de la musicoterapia

La música como bálsamo contra el estrés 

Durante momentos de crisis o tensión, la musicoterapia se presenta como una herramienta poderosa para calmar cuerpo y mente. A través de sonidos suaves, ritmos repetitivos o melodías familiares, se logra una sensación de tranquilidad casi inmediata. Este tipo de intervención permite que la persona se desconecte del malestar y se centre en el presente, lo cual resulta clave para frenar respuestas emocionales exageradas. Según la Save the music foundation, el uso terapéutico de la música tiene efectos comprobados en la regulación emocional.

Además de ser una experiencia placentera, la musicoterapia actúa directamente sobre el cuerpo. Estudios indican que reduce el cortisol —la hormona del estrés— y, al mismo tiempo, estimula la producción de endorfinas. Este doble efecto genera una respuesta fisiológica que favorece la relajación profunda. En Ecuador, muchas personas encuentran alivio al escuchar música instrumental antes de dormir o al practicar respiración consciente mientras suena una melodía calmante. Así, la música se convierte en una aliada cotidiana para sentirse más en paz. 

Una herramienta útil para manejar la ansiedad 

Quienes enfrentan ataques de pánico o ansiedad social pueden beneficiarse enormemente de la musicoterapia. Los sonidos cuidadosamente seleccionados pueden actuar como un ancla emocional, ayudando a controlar la respiración y reducir los síntomas físicos de la ansiedad. Este tipo de intervención no solo es efectiva, sino que también es accesible y adaptable a diferentes contextos. Según Cambridge University Press, incluso la música étnica puede desempeñar un papel valioso en el tratamiento de ansiedad.

La musicoterapia no solo ayuda a reducir síntomas, también promueve un mejor equilibrio emocional general. Al integrar sesiones regulares con profesionales o simplemente incorporar momentos musicales conscientes en la rutina diaria, se mejora el estado de ánimo, el enfoque y la autorregulación. Estos beneficios son especialmente valiosos para personas que viven bajo tensión constante o con preocupaciones recurrentes, y buscan maneras naturales de sentirse mejor día a día. 

La música levanta el ánimo de forma natural 

Una de las respuestas más conocidas al escuchar música es el cambio de estado de ánimo. Ya sea por la letra de una canción que nos identifica o por el ritmo que nos mueve, la música genera emociones positivas. Este estímulo sensorial tiene un impacto directo sobre el sistema límbico, que regula nuestras emociones. De hecho, según Tallahassee Memorial HealthCare, la música activa partes del cerebro relacionadas con la motivación y el placer.

Cuando atravesamos momentos difíciles, recurrir a canciones alegres o relajantes puede ser un primer paso para cambiar el enfoque emocional. La musicoterapia propone este tipo de ejercicios como parte de procesos de autorregulación emocional. Incluso actividades como crear una lista de reproducción personal o cantar en la ducha pueden contribuir a levantar el ánimo. Lo importante es identificar qué tipo de música nos da impulso para continuar con ánimo renovado. 

Una ayuda eficaz contra la depresión 

Estudios clínicos han demostrado que la musicoterapia puede ayudar a reducir los síntomas depresivos. Escuchar música estructurada, participar en sesiones con instrumentos o cantar en grupo son técnicas que han mostrado mejoras en personas con diagnóstico de depresión. Estas actividades ayudan a conectar con las emociones, darles forma y transformarlas. Según Cambridge University Press, la eficacia de la musicoterapia radica en su capacidad para generar vínculos significativos con el entorno emocional de la persona.

Además de aliviar síntomas, el hecho de cantar, tocar un instrumento o incluso componer letras propias, puede generar una sensación de propósito. Esto favorece la autoestima y brinda pequeños momentos de placer que son fundamentales en la recuperación. Muchas personas que viven con depresión encuentran en la música un espacio seguro donde pueden expresarse sin juicio, y sentirse escuchadas desde otro lugar. 

La musicoterapia también puede mejorar el sueño 

Quienes sufren de insomnio o sienten que su descanso no es reparador pueden beneficiarse de la musicoterapia. A través de sonidos ambientales o melodías de tempo lento, se induce un estado de relajación que facilita conciliar el sueño. Esta práctica también ayuda a establecer una rutina nocturna que prepara al cuerpo para descansar. En Ecuador, cada vez más personas integran música relajante como parte de su higiene del sueño diaria.

Además de favorecer el sueño profundo, la musicoterapia contribuye a mejorar la calidad del descanso al reducir pensamientos intrusivos y tensiones acumuladas. El cerebro responde de manera positiva a la repetición de patrones musicales suaves, lo cual genera un entorno mental propicio para dormir bien. Para conocer más consejos sobre cómo mejorar el descanso, puede consultar esta guía sobre cómo dormir bien

persona usando la musicoterapia para mejorar el sueño

Seguros de salud con cobertura mundial

Si eres nuestro asegurado, con Mi Bupa Latinoamérica App puedes llevar un seguimiento digital personalizado de tu salud supervisado por nuestros médicos. Podrás monitorear tu salud según tus necesidades: desde tu actividad física, control de peso, presión arterial y frecuencia cardiaca o tu estado respiratorio. De esta manera, tendrás un mayor control de tu salud con acompañamiento profesional.

Es parte de los beneficios de tu póliza, sin coaseguro ni deducible.

Técnicas más utilizadas en musicoterapia

Según la Mayo Clinic, existen distintos métodos dentro de la musicoterapia, y cada terapeuta escoge el que más se ajusta al perfil del paciente. Aunque hay una gran variedad de formas de aplicar esta terapia, se suelen clasificar en dos grandes enfoques:

  • Sesiones activas, donde la persona participa cantando o tocando un instrumento.
  • Sesiones pasivas, centradas en escuchar música con guía terapéutica.

Ambas formas son efectivas, pero es clave elegir aquella que le haga sentir más cómodo y en confianza al paciente. El éxito de la musicoterapia está en adaptarse a cada individuo y permitir que conecte con la música a su manera. 

Improvisar como forma de liberar emociones 

Una de las prácticas más significativas dentro de la musicoterapia es la improvisación musical, que permite crear sonidos de forma espontánea. No hace falta tener formación musical, basta con dejarse llevar. Este tipo de práctica fomenta la expresión auténtica y fortalece la comunicación emocional, incluso en personas que no suelen expresarse con facilidad.

La improvisación es especialmente beneficiosa en procesos terapéuticos relacionados con depresión, ansiedad o experiencias traumáticas. Al tocar o cantar libremente, se abre una vía de expresión que muchas veces las palabras no alcanzan. 

Uso terapéutico de la voz 

Otra técnica común es la musicoterapia vocal, en la cual se utiliza la voz como herramienta principal para conectar con las emociones. Cantar, tararear o vocalizar son formas válidas de participar. Esta técnica permite expresar alegría, tristeza o enojo sin filtros, creando un canal emocional seguro y potente.

Puede realizarse individualmente o en grupo, y lo importante es que haya un terapeuta guiando la experiencia. El sonido de la propia voz tiene un efecto restaurador, especialmente cuando se lo usa con intención emocional. 

Relajación con sonidos terapéuticos 

La técnica de relajación sonora se relaciona mucho con la meditación y el mindfulness. Se busca desconectar del ajetreo diario y alcanzar un estado de paz mediante la música. Esta práctica puede realizarse acostado, con los ojos cerrados, dejando que los sonidos lo envuelvan suavemente.

Los sonidos más usados incluyen ruidos naturales como agua, viento o aves, así como instrumentos terapéuticos como cuencos tibetanos o campanas. Para complementar esta experiencia, puede explorar más sobre los beneficios de la meditación guiada. 

mujer enseñando música a niña

Cómo la musicoterapia apoya el desarrollo infantil

Si bien solemos asociar la musicoterapia con adultos, también tiene un gran impacto en la niñez. Las sesiones de musicoterapia infantil ayudan al desarrollo emocional y cognitivo, ofreciendo un espacio lúdico y creativo para que los niños exploren su mundo interno.

Uno de los beneficios más destacados es que mejora la inteligencia verbal, ya que la música estimula las áreas cerebrales que procesan el lenguaje. Además, fomenta la comunicación, incluso en niños con dificultades del habla o del espectro autista.

Aprender a tocar un instrumento o seguir ritmos musicales ayuda a mejorar la memoria, la atención y la resolución de problemas. La musicoterapia se convierte así en una herramienta educativa y terapéutica que potencia el desarrollo integral del niño.