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¿El alcohol sube o baja la tensión?

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Médico revisa presión sanguínea

Tiempo de lectura: 9 minutos

El consumo de alcohol es un hábito cultural en muchos países, sin embargo, se trata de una sustancia que tiene un gran número de efectos negativos y que está asociada a la muerte de millones de personas en todo el mundo.

Sus efectos sobre la presión arterial son variados, y según un artículo publicado en National Library of Medicine, aunque al principio puede reducirla, después puede causar un aumento significativo de este indicador, algo perjudicial para la salud cardiovascular.

En este artículo profundizaremos sobre esto, y explicaremos de manera detallada si el alcohol sube o baja la tensión. Además, comentamos qué tipos de bebidas pueden tener mayor impacto, cuándo el consumo puede convertirse en un riesgo serio para la salud cardiovascular y qué factores personales influyen en la respuesta del organismo, al alcohol. 

¿Qué relación existe entre el alcohol y la tensión arterial?

La presión arterial es un indicador que sirve para medir la fuerza con la que la sangre circula a través de las arterias. Una presión arterial muy alta puede ser perjudicial para la salud, ya que puede afectar a órganos como el corazón, los riñones y el cerebro.

Según Cleveland Clinic, la hipertensión, como se conoce la presión arterial alta, es un factor de riesgo importante para los ataques cardíacos, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad arterial periférica y la insuficiencia cardíaca, entre otras.

Por otra parte, aunque su impacto sobre la salud es menor, la hipotensión o presión arterial baja, puede causar síntomas como confusión, mareos y daño en los órganos, debido a la falta de oxígeno.

El alcohol tiene un efecto directo sobre la presión arterial, por lo que es normal preguntarse si esta sustancia hace que aumente o baje.

Para hablar de esto tomamos como referencia a Mayo Clinic, que explica que consumir grandes cantidades de alcohol puede aumentar la presión de la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos. Basta con tomar más de tres bebidas con alcohol en un periodo de tiempo muy corto para que se produzca este efecto.

Cuando se trata de personas que beben de forma regular, el impacto es aún mayor, y se pueden desarrollar problemas de tensión o presión sanguínea a largo plazo.

Los médicos señalan que no hay una cantidad segura de alcohol, y que para mantenerse saludable se debe evitar por completo cualquier bebida que contenga esta sustancia, en especial si se tiene hipertensión u otros problemas de salud.

Para responder de forma directa la pregunta que le da sentido a este artículo, tenemos que señalar que el alcohol tiene un efecto bifásico, tal como resaltamos en la introducción. Al principio dilata los vasos sanguíneos, lo que hace que la tensión disminuya levemente, pero después los contrae y afecta las hormonas que regulan la presión y hace que aumente significativamente. 

Factores que condicionan los efectos del alcohol

La lista de factores que condiciona los efectos del alcohol son muy variados, y van desde factores genéticos hasta la cantidad que se consume.

Estos son algunos de los más importantes:

  • Genética: algunos estudios señalan que la genética juega un papel muy importante en los efectos que tiene el alcohol sobre el cuerpo, ya que puede haber variaciones genéticas que afectan la producción de enzimas que se necesitan para descomponer esta sustancia. Incluso, en algunos lugares hay personas que tienen intolerancia al alcohol debido a su pertenencia u origen étnico.
  • Peso corporal: este es otro factor importante, y es que según Stanford Medicine, las personas de menor peso suelen tener una mayor proporción de alcohol en sangre que las de mayor peso.
  • Sexo: las mujeres y los hombres toleran de manera diferente las bebidas alcohólicas. Por lo general, los hombres pueden beber más alcohol que las mujeres de su mismo peso, ya que estas tienen niveles más bajos de las enzimas encargadas de metabolizar el alcohol.
  • Edad: a medida que se envejece, las personas tienen menos agua corporal, lo que significa que los efectos del alcohol se ven con mayor facilidad en los adultos mayores que en los jóvenes.
  • Tipo de bebida y cantidad consumida: esto influye porque la concentración de alcohol varía en todas las bebidas. Incluso entre las cervezas hay algunas que tienen más o menos porcentaje de alcohol en su contenido.
  • Interacción con medicamentos: las bebidas alcohólicas pueden interactuar de forma negativa con las medicinas, incluyendo las pastillas para dormir, los antidepresivos, los anticoagulantes y los ansiolíticos.
  • Estado de salud de la persona: el estrés o la fatiga puede hacer que las personas tengan una reacción más fuerte ante cantidades moderadas de alcohol.
  • Frecuencia con la que se consume: por último, está el factor de la frecuencia con la que se bebe alcohol. Las personas que tienen el hábito de consumir este tipo de bebidas corren más riesgo de desarrollar problemas de salud, incluyendo hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

A pesar de que en algunas personas los efectos del alcohol son menores que en otras, los riesgos para la salud son iguales. Reducir el consumo de estas bebidas o evitarlas por completo es fundamental para tener una vida saludable.

Mujer con hipertensión por consumir alcohol

Riesgos cardiovasculares del consumo de alcohol

Un artículo titulado Alcohol’s Effects on the Cardiovascular System, señala que el consumo de bebidas alcohólicas tiene graves consecuencias para la salud del sistema cardiovascular. En diferentes estudios se ha comprobado que el alcohol tiene una relación directa con enfermedades cardiovasculares muy diversas, incluyendo:

  • Hipertensión.
  • Cardiopatía coronaria.
  • Ictus o accidentes cerebrovasculares.
  • Arteriopatía coronaria.
  • Miocardiopatía.

Esto se debe a que el alcohol afecta la frecuencia cardíaca, produciendo arritmias; aumenta la presión arterial, lo que daña los vasos sanguíneos; y aumenta la probabilidad de desarrollar obesidad y enfermedades como la diabetes 2, que son factores de riesgo de las enfermedades cardíacas.

Esto sin contar sus efectos sobre el resto del organismo, ya que el alcohol no solo daña los órganos, sino que su consumo está asociado a un gran número de enfermedades, incluyendo el síndrome de Korsakoff

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¿Qué dicen los estudios científicos actuales?

Los efectos del alcohol sobre la presión arterial son muy variados, y dependen de varios factores. El artículo que citamos en la introducción, por ejemplo, señala que cuando se trata de un consumo bajo, no se presenta ningún cambio importante en la tensión, mientras que con cantidades más altas de alcohol, se puede ver un aumento significativo después de 12 horas.

Además de la cantidad, la frecuencia con la que se consume cualquier tipo de bebida alcohólica también influye. Un artículo titulado The Effect of Alcohol on Blood Pressure and Hypertension, explica que el consumo crónico de alcohol está asociado a problemas de hipertensión tanto en hombres como en mujeres.

En el caso de las mujeres, el riesgo de padecer de este tipo de problemas es alto incluso cuando se trata de un consumo moderado. Esto es algo que contradice el supuesto efecto cardioprotector que puede tener el consumo de bebidas como el vino en cantidades moderadas.

Algunos estudios sobre el tema también han analizado la relación que puede haber entre la abstinencia de alcohol y la reducción de la presión arterial, pero los resultados son mixtos y no se ha podido demostrar que este tipo de intervención sea efectiva a largo plazo.

La Organización Mundial de la Salud señala que los riesgos que tiene el consumo del alcohol para la salud de las personas se han evaluado de manera sistemática a través de los años, y están bien documentados. Este organismo recomienda abstenerse por completo de este tipo de bebidas, resaltando que no existe una cantidad segura de alcohol.

Esto se sustenta en que es una sustancia tóxica que produce dependencia, está asociada a diferentes enfermedades, y en algunas investigaciones se ha clasificado como cancerígena. Los tipos de cáncer más comunes que produce el consumo de bebidas alcohólicas son el cáncer de colon y el cáncer de mama.

Los especialistas son muy claros respecto a esto: sin importar su precio o calidad, cualquier bebida alcohólica aumenta el riesgo de desarrollar cáncer.

Las personas que decidan seguir consumiendo alcohol, a pesar de conocer sus efectos negativos sobre la salud, deberían al menos reducir la cantidad que consumen.

Es importante aclarar que este artículo cumple con un propósito educativo e informativo, por lo que, si se tiene problemas con el consumo de bebidas alcohólicas, lo mejor es buscar ayuda profesional.

Para complementar, recomendamos leer uno de nuestros artículos, en el que explicamos cómo regenerar un hígado dañado por el alcohol.

Médico explica que el alcohol sube la tensión

Recomendaciones médicas

Las recomendaciones médicas actuales sobre el consumo de alcohol y el control de la presión arterial apuntan a la reducción o eliminación del consumo. Estas recomendaciones se basan en múltiples estudios que muestran que el alcohol puede aumentar la presión arterial con el tiempo y dificultar su control en personas hipertensas.

Un artículo publicado por American Heart Association señala que las bebidas alcohólicas no solo aumentan el riesgo de padecer hipertensión, sino de desarrollar otros problemas de salud cardiovascular como cardiomiopatías, accidentes cerebrovasculares y la enfermedad de las arterias coronarias. Las recomendaciones, en todos los casos, son reducir o abstenerse por completo del consumo de este tipo de bebidas.

En caso de que la persona no desee dejar de beber, debería al menos reducir la cantidad de alcohol que consume. No se debería tomar más de 10 bebidas estándar por semana, ni más de cuatro en un solo día, según explica Alcohol and Drug Foundation.

De igual manera, es posible:

  • Beber agua de forma intercalada con las bebidas alcohólicas.
  • Pedir porciones más pequeñas de las bebidas.
  • Llevar la cuenta de cuánto se está bebiendo y no superar los límites que mencionamos antes.
  • Evitar las bebidas con alto contenido de alcohol, como cocteles y licores.
  • Comer algo mientras se bebe para reducir el ritmo de consumo. Esto además puede ayudar a retrasar la absorción del alcohol.

Algunos también resaltan los beneficios de la cerveza sin alcohol y recomiendan alternativas saludables para reemplazar las bebidas alcohólicas.

Las personas que tienen problemas con el consumo de este tipo de bebidas, también pueden llevar a cabo algunas estrategias como los 12 pasos para dejar el alcohol, que han demostrado ser muy efectivas en los casos en los que hay dependencia. 

Mitos comunes sobre el alcohol y la tensión arterial

En torno al consumo de alcohol y sus efectos sobre el cuerpo hay diferentes mitos, y desmontarlos es fundamental, ya que las bebidas alcohólicas no aportan ningún beneficio, sino todo lo contrario.

Uno de estos mitos tiene que ver con el consumo de vino tinto y la llamada dieta mediterránea. Aunque algunos aseguran que el vino, cuando se consume de forma moderada, puede tener efectos positivos sobre el corazón y el sistema cardiovascular, los estudios señalan que esto no solo es falso, sino que puede contribuir al desarrollo de diferentes enfermedades.

Esto es algo que ya mencionamos en apartados anteriores, y es que los estudios son claros sobre el tema: el alcohol no tiene ningún tipo de efecto cardioprotector, y su consumo es perjudicial sin importar la cantidad o el tipo de bebida.

No hay una cantidad segura, y cualquier persona que consuma bebidas alcohólicas está en riesgo de desarrollar problemas de hipertensión y salud cardiovascular.

También hay quienes creen que el alcohol puede ayudar a disminuir la tensión, algo que es totalmente falso. Los estudios que analizamos y citamos a lo largo de este artículo señalan que se trata de un efecto temporal que se produce durante las primeras seis horas de consumo, sin embargo, después de ese periodo de bajada se observa un aumento de la presión arterial.

Otras personas también creen que beber solo los fines de semana no los afecta, o que el alcohol puede ayudar a relajarlos, pero se trata de creencias que no tienen ningún tipo de fundamento. En nuestro artículo sobre alcohol y ansiedad explicamos de manera detallada los efectos negativos que tienen estas bebidas sobre la salud mental, incluso cuando se trata de pocas cantidades.

Los beneficios de no beber alcohol son innumerables, y por ello consideramos que tal como recomiendan los especialistas médicos, lo mejor es reducir a cero el consumo de las bebidas que contengan esta sustancia.